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viernes, 20 de mayo de 2011

Quererte me hace daño, pero me he acostumbrado al dolor.

 
 No puedo hacer nada, sigo esperando a que des ese paso, a que te acerques a mi,  con tu mirada clavada en mis ojos y me digas “¿me besas?” y yo con mi sonrisa de niña tonta llegue a encontrar el paraíso.
Ir juntos de la mano por una calle desconocida de Madrid es nuestra felicidad, reírnos al ver cualquier cosa e inventarnos una estupidez, mirarnos y bromear, parar en cada farola para robarnos algún que otro beso, compartir todos nuestros secretos… Todas esas cosas son mi felicidad, en resumen.. Tú eres mi felicidad.

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